La historia de este movimiento parte en México, cuando un sacerdote llamado Marcial Maciel, en 1941, tiene el llamado de poner énfasis en algo que a su parecer faltaba en la Iglesia: la difusión del reino de Cristo entre los hombres.
Por eso parte fundamental era ejercer influencia en la educación para que los niños supieran de Jesús y pudieran vivir de acuerdo a sus valores. Desde un comienzo han enfocado sus esfuerzos en crear instituciones educativas dirigidas a las clases altas. No es oculto que su estrategia era inculcar en los “futuros líderes” su mensaje conservador.
Según el sitio legionariesofchrist.org en el sentido espiritual se trata de un movimiento “eminentemente cristo céntrico y enraizado en cinco “amores”: amor a Dios con especial referencia a la persona de Cristo, el Verbo encarnado- a la Santísima Virgen, a la Iglesia, al Papa y a todos los hombres”.
Además, la Legión también cuenta con miles de miembros a nivel mundial del Regnum Christi, su movimiento laico.
Su influencia educacional
Catalogado como uno de los movimientos más conservadores y derechistas dentro y fuera de la Iglesia, desde su creación ha logrado fundar y comprar escuelas, universidades e institutos con alumnos que pertenecen a familias acomodadas.
Los legionarios llegaron a Chile gracias a los sacerdotes mexicanos Mariano de Blas y Gustavo Izquierdo, quienes en el año 1978 viajaban cada dos o tres meses para formar y atender espiritualmente a algunas niñas del Villa María Academy, de Santiago.
Hoy, la Legión cuenta en Santiago con los colegios Cumbres de Las Condes, Everest en La Dehesa, Highlands en Colina y el Instituto Zambrano en Santiago Centro. En Buin dirige el colegio San Isidro, el colegio Los Maitenes en Melipilla y en Rancagua el colegio La Cruz, además de la Universidad Finis Terrae en Santiago. Establecimientos todos ubicados en el sector oriente de la capital.
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